¿Se puede entrenar el cerebro como si fuera un músculo? El entrenamiento cerebral es una técnica no invasiva que utiliza la propia actividad eléctrica del cerebro para mejorar sintomatología como falta de atención y concentración, migrañas, regulación emocional, TDAH, problemas de sueño… pero, ¿cómo lo hace? En este post te explico, de forma clara y práctica, qué es, cómo se realiza en consulta, para qué casos suele ser útil y qué puedes esperar de un proceso de entrenamiento.
El neurofeedback es un tipo de biorretroalimentación que mide la actividad cerebral mediante sensores colocados en el cuero cabelludo y ofrece una “señal” en tiempo real (por ejemplo, una imagen o un sonido) cuando el cerebro se acerca a patrones de actividad más eficientes. Con el tiempo, el cerebro aprende a autorregularse gracias a ese feedback.
Puntos clave:
– No es invasivo: no aplica corrientes ni “descargas”.
– Utiliza lectura de la actividad eléctrica cerebral (EEG).
– El aprendizaje es gradual, como cualquier entrenamiento.
¿Cómo funciona en la práctica?
– Evaluación inicial: se revisa la historia clínica y los objetivos y, en algunos casos, se realiza un mapeo de actividad para orientar los protocolos.
– Colocación de sensores: se sitúan electrodos en puntos del cuero cabelludo con gel conductor; no duele.
– Entrenamiento en tiempo real: el paciente ve una película o un juego que “mejora” (más brillo, más volumen, avanza) cuando su actividad cerebral se aproxima al objetivo. Esa retroalimentación refuerza el patrón deseado.
– Duración y frecuencia: las sesiones suelen durar 30–45 minutos. A menudo se recomiendan entre 10 y 20 sesiones, ajustando según objetivos y evolución.
La evidencia y la práctica clínica sugieren beneficios potenciales en:
– Atención y concentración (p. ej., TDAH).
– Regulación de la ansiedad y del estrés.
– Insomnio y calidad del sueño.
– Migrañas y cefaleas tensionales.
– Rendimiento cognitivo (estudio, deporte, artes escénicas).
Importante: los resultados son individuales y dependen de una buena valoración, adherencia al plan y hábitos complementarios.
¿Qué se siente durante las sesiones?
– Sensación de relajación o de foco suave; no hay dolor.
– Se puede notar cansancio mental leve tras las primeras sesiones (similar a entrenar algo nuevo).
– Los cambios suelen ser graduales; algunas personas notan mejoras en 4–6 sesiones, otras necesitan más tiempo.
Es un procedimiento no invasivo que mide, no estimula. Los posibles efectos secundarios suelen ser leves y transitorios (p. ej., fatiga mental, somnolencia o leve dolor de cabeza), y se ajustan los parámetros si aparecen molestias.
El neurofeedback suele funcionar bien como complemento a:
– Psicoterapia (para trabajar creencias, emociones y conductas).
– Higiene del sueño y manejo del estrés.
– Recomendaciones médicas cuando corresponda.
La integración con otras intervenciones suele potenciar y consolidar resultados.